Mi bisabuelo Emilio era militar de profesión en el año 36. Con pocas motivaciones políticas, defendió al bando republicano en la guerra
civil porque era su trabajo, y quería hacerlo bien.
En el año 39 se salvó milagrosamente de la pena de muerte pero fue condenado a cadena perpetua y encarcelado en Valencia, donde se trasladó toda la familia para estar lo más
cerca posible de él: su mujer y sus tres hijos, el mediano era mi abuelo
Emilio. Al final estuvo en prisión cuatro años.
Se puede decir que no conocí a mi bisabuelo, murió cuando yo
tenía tres meses, pero su recuerdo ha estado siempre presente en la familia y a
sus bisnietas nos ha llegado la imagen de ese hombre bueno, amante de las
plantas, que tenía un vergel en su pequeñito ático de la calle Fomento de
Madrid, donde todo aquel que lo necesitaba encontraba refugio y cariño.
Mis bisabuelos no emigraron, supongo que porque no tuvieron
ocasión, pero fueron represaliados por motivos ideológicos como tantos otros en
este país a principios del siglo XX. También tengo familiares directos que emigraron
a otros países que les ofrecían mejores oportunidades que España. Porque
también nosotros, señores, fuimos un país de emigrantes añorantes de la madre
patria ya que nadie se aleja de sus raíces por motivos irrelevantes.
¿Por qué os cuento todo esto? Pues porque no entiendo muchas
cosas de las que vivimos hoy en día en este país y con este gobierno. No paro de pensar en qué dirían mis abuelos, niños de la guerra, si vieran lo que nos rodea.
Menos mal
que la sociedad española conserva la solidaridad en su ADN y suple, cada uno en
la medida de sus posibilidades, la crisis humanitaria que estamos sufriendo.
No me canso de repetir lo alucinante que es este mundo que nos
apasiona. Casi sin demora las knitters
se han puesto manos a la obra. ¿Conocéis la iniciativa “La Manta de la Vida”?
Se trata de un movimiento solidario promovido por Clara Montagut,
junto con Marta de Sateen{kaari} folk y Lucía Ruíz
con el objetivo de aunar el superpoder de todas las tejedoras de España y
centrarlo en un objetivo común: tejer mantas para afrontar el frío invierno que
se avecina en Siria y así colaborar con la Asociación de Apoyo al Pueblo Sirio.
En este grupo público de Facebook tienes toda la información
que necesitas: cómo puedes ayudar, medidas para las mantas, patrones gratuitos,
consejos y grupos de acción locales que están coordinando la recogida. ¡Ya somos más de 1600!
¿Y si no sabes tejer? Pues siempre se puede echar una mano
contactando directamente con la Asociación de Apoyo al Pueblo Sirio o con otras organizaciones que están
trabajando para dar una respuesta a las necesidades de todos los refugiados y la
gente que queda en el territorio en conflicto.
Tenía preparada otra entrada para hoy, pero esto ha
desbancado cualquier otro tema.
Tejer es nuestro
superpoder… ¿Nos ponemos manos a la obra?
¡Buen finde!
Siria needs
us and knitting is our power. Join us in the “Manta de la Vida” initiative and
help us knitting warm wool blankets to send to Siria refugees. All the
information needed is in this Facebook Group link. We wait for you!
Qué historia más sobrecogedora Abuela Popera. Probablemente todas las familias españolas tengamos o conozcamos de cerca alguna historia dolorosa relacionada con la guerra civil y con las consecuencias que trajo. Creo que está bien que no se olviden, porque nos hace más fuertes, más maduros y más humanos. Con nosotros mismos y con la gente que desgraciadamente sigue padeciéndolas en tantos lugares del mundo.
ResponderEliminarUn abrazo muy grande y a seguir tejiendo La manta de la vida compañera.
¡Totalmente de acuerdo Ignatia! Nos toca mantener con vida el recuerdo de lo que pasó ya que los protagonistas empiezan a dejarnos. En ello andamos. He optado por una versión sencilla pero colorida para asegurarme que llego a tiempo. En breve os enseño un adelanto. Gracias a tí por tirar de nosotras en esta iniciativa tan maravillosa.
EliminarUn fuerte abrazo amiga
¡Gracias, abuela popera, por recordarnos nuestra historia ! ¡Y gracias por tu entusiasmo y solidaridad!
ResponderEliminarNos ponemos a ello, sin duda. Unas a tejer y otras, que tenemos dos manos izquierdas, a echar todas las manos que podamos.
¡Bienvenidos refugiados los que huís de la guerra o los que escapáis del hambre y la miseria!
Cada uno tiene su superpoder Carmen. Igual nos hace falta que la gente que sabe escribir deje constancia del legado oral que nos ha llegado... Ahí lo dejo ;).
EliminarFeliz semana