En casa llevamos bastante tiempo
almacenando el aceite usado en botellas a la espera de reciclarlo. Como en
Sevilla los contenedores de aceite brillan por su escasez y se nos iba
acumulando, decidimos usarlo para hacer jabón.
Mi suegra nos pasó su receta y
hace unas semanas nos pusimos manos a la obra.
Estos son los ingredientes básicos (las
proporciones hay que ajustarlas a la cantidad de aceite que tengáis):
- 1 litro de aceite
- 1 litro de agua
- 165 gramos de sosa caustica
La sosa se encuentra en cualquier supermercado y es bastante tóxica por lo que es recomendable usar guantes para
evitar que te dañe la piel mientras la manipulas. Y, por supuesto, mantenerla fuera del alcance de los niños.
Lo primero que se hace es mezclar
la sosa con el agua en un recipiente grande de plástico o acero inoxidable y
remover hasta que se disuelva. Cuidado que es una reacción exotérmica por lo
que genera mucho calor y, además puede producir gases tóxicos por lo que lo
mejor es hacerlo en algún sitio exterior o, en su defecto, bien ventilado. Si
no tenéis esa posibilidad y estáis en un lugar cerrado, se recomienda usar
gafas de protección para que no se nos irriten los ojos a causa de los vapores
desprendidos. Dejar reposar y enfriar.
Mientras la temperatura de la
mezcla anterior baja, hay que poner el aceite colado en la cazuela y calentar
hasta que alcance una temperatura sobre
los 50ºC.
Una vez que ambos, aceite y
mezcla de sosa, alcancen una temperatura similar hay que ir echando el aceite
en la mezcla de sosa lentamente mientras se remueve con una palo (de escoba, por
ejemplo) dando vueltas siempre hacia el mismo sentido.
En caso de querer
añadirle alguna esencia, ahora es el momento. Nosotros usamos esencia de
lavanda que trajimos de Arenillas, un pueblo que está en Soria. Le echamos además unas flores de lavanda a la mezcla para potenciar el olor y como decoración (pero se pueden usar otros materiales como cáscara de naranja, canela, café o flores secas).
Hay que seguir removiendo hasta
que la mezcla se espese (teóricamente se debe alcanzar una consistencia que
permita que el palo se sujete en el centro pero en nuestro caso no conseguimos
que pasara de una textura de leche condensada).
Una vez alcanzado este punto hay
que volcar todo en un recipiente de plástico y dejarlo en un lugar seco y
aireado para que se endurezca. Al día siguiente habrá alcanzado una
consistencia que permitirá cortar el bloque en trozos.
Estos trozos deben dejarse secar
al menos durante 30 días para permitir que todas las trazas de sosa se eliminen
y no irrite la piel al usarlos.
Nosotros usamos dos tipos de
recipientes: unos más grandes de plástico y madera forrada con una bolsa de
plástico que luego cortamos en trozos, y unas cubiteras con formas de corazones
y estrellas.
Como aún no ha pasado un mes
desde que lo hicimos no os puedo contar qué tal es al usarlo pero ¡solo con el
olorcito que tenemos en casa de jabón y lavanda ha merecido la pena!
Viendo lo bonitos que han quedado
esos trocitos de jabón me han parecido un regalo genial para algún evento tipo
boda, bautizo y comunión que tengáis. Con un poquito de papel celofán, una
cuerda o un lazo y una etiqueta bonita os puede quedar un detalle muy original,
práctico, barato y ecológico.
¿Qué, os animáis?
¡Buen finde!
María
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